martes, 25 de agosto de 2009

Efectos del Tratado de Córdoba


Efectos del Tratado de Córdoba

Francisco Javier Chaín Revuelta

Uno de los últimos efectos del Tratado de Córdoba, además de un mural, es que el ayuntamiento realizó, a ciento ochenta y ocho años de su firma, una feria turística cultural en honor de la ciudad de Córdoba por haber sido el sitio de reunión el 24 de Agosto de 1821 entre el Teniente General de los Ejércitos de España y el Jefe del Ejército Mexicano de las Tres Garantías, para, oír misa, conversar y convenir sus negocios.

Hay que señalar que el asunto central de las fiestas celebradas no fue el contenido de tal Tratado, donde –caso único entre todos los documentos de independencias- se declara una independencia al mismo tiempo que se entrega tal independencia al mismo rey Fernando VII dueño de la España de la cual dice independizarse También es lo de menos que tal Tratado haya sido sólo una estrategia militar de Iturbide para allanarse sin batalla la toma de la ciudad de México y para O´donojú salvar el pellejo y lograr de lo perdido lo que aparezca.

Todo eso es lo de menos, es historia que no importa porque no afecta hoy los intereses de los actuales privilegiados, esos que viven sin trabajar y a costa de sus empleados o gobernados. Lo importante hoy es hacer fiesta, atraer turistas, hacer feria, tener invitados importantes e intentar atraer a esa multitud de nostálgicos amantes de las leyendas -Mulata, Treinta Caballeros, casa quemada- y para que otros se distraigan y no se suiciden a causa de sus económicas penurias. Lo importante es que al menos unos días, con el pretexto del Tratado, se provoque alguna breve derrama económica entre los prestadores de servicios.

En un sentido estrictamente económico la ciudad haría bien en aprovechar al máximo estos mitos y leyendas. Debe ampliar ese horizonte apostando casi exclusivamente por la industria sin chimeneas, por cuidar la naturaleza con excesivo celo, por castigar con rudeza cualquier daño al medio ambiente, por crear ciento y un parques recreativos verdes con lagos, ríos y aguas limpias, cabañas, hoteles campestres. Rescatar el nombre de Villa Verde que asignó a la ciudad Rafael Delgado. La ciudad no debe permitir los automotores sino sólo carretas y bicicletas. La ciudad no debe permitir una industria contaminante más en sus verdes límites y levantar un enorme conglomerado turístico. Millones de personas en el mundo desean ahora conocer siquiera lo que es verde, lo que es el sol y lo que es el agua limpia. La pregunta obligada que queda por dilucidar es ¿Habrá o existen líderes y gobernantes capaces de reunir voluntades para este u otros proyectos no contaminantes?

Creyendo que se puede, algunos pretenden evadir la Historia y para ajustar los hechos a su fiesta, para quedar bien, alegan que el Tratado vale sólo porque muestra que los acuerdos se imponen a la guerras. Pero sucede, y sucedió, todo lo contrario. No hubo paz sino más guerras, toda observación muestra que los acuerdos, cuando mucho, demoran pero no evitan las violencias.

Al insistir el Tratado de Córdoba en la monarquía no sólo provocó pocos meses después la muerte de sus actores, sino incendió el país por muchos años provocando la invasión francesa y la entronización de de un tal Maximiliano. No fue sino hasta el triunfo de las leyes de Benito Juárez cuando ya se pudo asomar a la vida nacional la idea de que este país, alguna vez, podrá aspirar a la condición de república independiente. El fusilamiento de Maximiliano significó, de una vez por todas, el fusilamiento del Tratado de Córdoba. Después de los hechos del cerro de las cruces fue cuando llegó lo que llaman la paz, la paz porfiriana. Lo cual mostró que las balas, sin acuerdos, si que pueden detener las guerras, al menos, por algún tiempo.

Para cerrar la nota, compartimos con los amantes de los viejos documentos, éste decreto: “Se declaran insubsistentes el plan de Iguala, los tratados del Córdova, y el decreto de 24 de Febrero de 1822. El soberano congreso constituyente mexicano declara: 1.- Jamás hubo derecho para sujetar á la nación mexicana á ninguna ley ni tratado, sino por sí misma ó por sus representantes nombrados según el derecho público de las naciones libres. En consecuencia, no subsisten el plan de Iguala, tratados de Córdova, ni el decreto de 24 de Febrero de 1822, por lo respectivo á la forma de gobierno que establecen, y llamamientos que hacen á la corona, quedando la nación en absoluta libertad para constituirse como le acomode. 2.- Quedan vigentes por libre voluntad de la nación, las tres garantías de religión, independencia y unión y lo demás que contienen los mismos plan, tratados y decreto, que no se oponga al artículo anterior. Fuente: Legislación mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la independencia de la República. Ordenada por los licenciados Manuel Dublán y José María Lozano. http://www.biblioweb.dgsca.unam.mx/dublanylozano/

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