miércoles, 5 de agosto de 2009

Letras con muchos ceros



Letras con muchos ceros
Larsson ha revitalizado con la saga 'Millenium' el inexplicable mundo de los best sellers. Títulos como 'La catedral del mar' fueron rechazados siete veces antes de vender millones de copias
06.08.09 -
ÁNGELES PEÑALVER
GRANADA
. La trilogía Milenium, de Larssons, ha sido el mayor fenómeno que el mercado ha vivido en mucho tiempo, celebran desde Planeta. / IDEAL
Stieg Larsson (Västerbotten, 1954- Estocolmo, 2004) fue un periodista idealista, comprometido, un francotirador de la palabra que pasaba hasta 16 horas diarias delante del ordenador; un sueco que disparó con precisión en la diana de la industria editorial. Fumador empedernido, entregó tres novelas a unos editores, murió de un ataque al corazón tras subir por primera vez las escaleras de su trabajo y ascendió a la liga de los best-sellers de masas con la trilogía 'Millennium', protagonizada por dos investigadores, el periodista Mikael Blomkvist y la hacker Lisbeth Salander.
Larsson fue un voraz lector del género negro, ese que cultivó en 'La reina en el palacio de las corrientes de aire', su tercera entrega, que salió al mercado a principios de verano. Uno de los mayores lanzamientos de la historia, con más de 575.000 ejemplares distribuidos en español por Planeta, cuya previsión es acabar el 2009 con dos millones de copias del sueco vendidas. A fin de cuentas, el mayor fenómeno que el mercado ha vivido en mucho tiempo, celebran desde la editorial, que sólo el primer día vendió 200.000 ejemplares de 'La reina ...'.
'El payaso' Frank McCourt
El pasado 20 de julio murió Frank McCourt, autor de 'Las Cenizas de Ángela', una obra de fama planetaria que le valió un Pullitzer por narrar con destreza y compasión exquisitas las penurias que él mismo pasó en su Irlanda natal en los años 30, incluida la mendicidad que ejerció su madre para sacar a sus hijos adelante. Paradójicamente, a McCourt le llegó la fama en 1996 -cumplidos los 60 años- cuando publicó 'Las cenizas de Ángela', durante dos años el libro más vendido en EE UU y Europa. Pese a su ciudadanía anónima, el viejo maestro de escuela siempre tenía uno o dos libros en proceso, pero no había encontrado la fórmula para sacarlos del cajón. Hasta que un día un amigo lo ayudó a buscar agente literario. Al final, disfrutó tanto de su tardía celebridad que se comparó con un «payaso que baila, disponible para todo el mundo».
Un fenómeno editorial irrumpe en las estanterías de todo el mundo así, cargado de sorpresas e imprevisión en sus páginas. La fórmula de los best-seller, los más vendidos -que no necesariamente son los más leídos porque eso queda fuera de control de la industria- es un secreto de proporciones parecidas a la fórmula de la Coca-Cola por lo gaseoso y volátil del asunto y, por supuesto, por la rentabilidad que supone.
Así lo ha asegurado en reiteradas ocasiones Ildefonso Falcones, abogado catalán, casado, cuatro hijos, dos horas al día en el ordenador dándole a la imaginación; el resto del tiempo, trabajando sobre la vida real, resolviendo pleitos de gente de carne y hueso. Así siete años. Resultado: 'La catedral del mar' (2006), una novela histórica que rechazaron siete editoriales por no encontrarle interés alguno. Por fin, Grijalbo aceptó lanzarla al mercado, y éste devoró ferozmente más de cuatro millones de ejemplares.
Desde el pasado 10 de junio -tres años depués de su primer bombazo editorial- están en la calle 500.000 copias de 'La mano de Fátima', también firmada por Falcones, que aún tendrá que esperar un tiempo para saber si su segundo título integra la lista de los best-sellers de masas. Por lo pronto, en sólo un día más de 50.000 españoles adquirieron la obra.
Sorpresas del mercado
Un best seller es prácticamente impredecible y muchos de ellos, como los anteriores, anduvieron sus primeros pasos en la senda de la literatura residual. Por ejemplo, los editores de los grandes grupos españoles rechazaron a Harry Potter por ser un personaje y una historia excesivamente inglesa para los niños patrios. Los independientes de la editorial Salamandra sí creyeron en el poder del pequeño mago, que ha vendido unos 370 millones de libros en todo el planeta.
'El código Da Vinci' (2003), del que se han despachado más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo, fue publicado en España por la 'modesta' Umbriel. Y tanto Dan Brown como J. K. Rowling asistieron al salto de sus personajes del papel a la pantalla cinematográfica, un punto de encuentro de las historias literarias que enganchan sobremanera al público.
Estos y otros 'bombazos' literarios como el de Stephenie Meyer, con su saga 'Crepúsculo', que triunfa en el mundo anglosajón tanto en papel como en televisión, revitalizan el fenómeno best seller, que no fue ningún misterio para autores de antaño como Agatha Christie, cuyas novelas policíacas fueron devoradas generación tras generación haciendo oídos sordos de los ortodoxos de las letras, que frecuentemente han cuestionado su calidad literaria.
Y es que en su origen los best seller eran libros que se vendían más. Luego el adjetivo calificó a los sospechosos de insuficiencias literarias. Y así continúa el panorama, según ilustra el diccionario de términos firmado por Demetrio Estébanez Calderon.
Encasillados ahí, están los grandes nombres del fin de siglo, gallinas de los huevos de oro para las corporaciones de la edición y fuente de diversión para millones de mortales: Ken Follet, Danielle Steel, Stephen King, John Grisham, Mary Higgins Clark, Michael Crichton, Tom Clancy, Anne Rice, Patricia Cornwell y Katherine Neville. Los superventas de las letras han terminado por convertirse para los públicos más amplios y mediatizados (y para muchos editores) en la mejor garantía tanto del éxito mercantil como del valor literario: tanto vendes, tan bueno eres. Al final, los best sellers son un fenómeno sociológico que juega con las bazas de enganchar y entretener al lector y que más vale no criticar, «porque es una pérdida de tiempo», en palabras del crítico literario Ignacio Echevarría.

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