‘Mátennos, pero no nos quitamos’
Julieta Zambrano H. /El Mundo de Orizaba
México 25 de agosto, 2009
Algunos se recostaron en el asfalto cual turista en plena playa.
El Mundo de Orizaba
Mariano Escobedo.- El olor propio de un hombre de campo empezaba a esparcirse, a propagarse conforme llegaban el torton blanco y autobús azul que apoyaron en el traslado de habitantes.
Son las 10:03 horas de la mañana, soleada y propicia para el arranque de clases, no así para los niños de Mariano Escobedo que esta vez eligieron revelarse antes de tomar su primera clase del año.
Dos camiones impiden el paso en el famoso crucero de Santa Ana, algunas mujeres amamantan sus hijos al ser de mañana, los hombres bromean y los niños se disputan los tamales que para las 10:15 horas han llegado al punto.
“Estamos aquí porque estamos hartos, que a puras pláticas nos traigan, nosotros no comemos con $10 mil o más, sino con $50 que nos ganamos al vender nuestros productos”, decía un habitante de El Frijolillo.
La carretera, prosigue el inconforme, está de muy mal, y si traemos a nuestros hijos, es porque ellos merecen algo mejor; no es por nosotros que peleamos sino por ellos, señalaba una y otra vez el campesino.
Así arrancaron, partieron por Norte 2 de Orizaba para doblar en la transitada Calle Real y llegar hasta el Trébol de Escamela.
Una vez ahí, hubo quien se sacó las botas para sobarse los dedos ante la incesante caminata; luego se cumplió la advertencia.
Cinco horas mantuvieron tomada la autopista, cinco horas donde tomaron el Aguafiel sabor naranja y jamaica, en afán de quitarse el ardor que provocó la salsa roja de longaniza, el arroz rojo y las carnitas que arribaron a las 12:40 de la tarde.
Algunos se recostaron en el asfalto cual turista en plena playa, jugaron baraja como empresario en un casino, le entraron a la “roña” al haber más de tres infantes.
“No nos movemos, si nos van a quitar mátennos, pero no nos quitamos”, dijeron dos que tres antes de que los elementos los encerraran y los quitaran de la carretera.
Esto no queda acá, advirtieron, “dicen que los de Zongolica son locos pero no conocen a los de Mariano Escobedo”, expresaron tras ser retirados de la autopista.
Julieta Zambrano H. /El Mundo de Orizaba
México 25 de agosto, 2009
Algunos se recostaron en el asfalto cual turista en plena playa.
El Mundo de Orizaba
Mariano Escobedo.- El olor propio de un hombre de campo empezaba a esparcirse, a propagarse conforme llegaban el torton blanco y autobús azul que apoyaron en el traslado de habitantes.
Son las 10:03 horas de la mañana, soleada y propicia para el arranque de clases, no así para los niños de Mariano Escobedo que esta vez eligieron revelarse antes de tomar su primera clase del año.
Dos camiones impiden el paso en el famoso crucero de Santa Ana, algunas mujeres amamantan sus hijos al ser de mañana, los hombres bromean y los niños se disputan los tamales que para las 10:15 horas han llegado al punto.
“Estamos aquí porque estamos hartos, que a puras pláticas nos traigan, nosotros no comemos con $10 mil o más, sino con $50 que nos ganamos al vender nuestros productos”, decía un habitante de El Frijolillo.
La carretera, prosigue el inconforme, está de muy mal, y si traemos a nuestros hijos, es porque ellos merecen algo mejor; no es por nosotros que peleamos sino por ellos, señalaba una y otra vez el campesino.
Así arrancaron, partieron por Norte 2 de Orizaba para doblar en la transitada Calle Real y llegar hasta el Trébol de Escamela.
Una vez ahí, hubo quien se sacó las botas para sobarse los dedos ante la incesante caminata; luego se cumplió la advertencia.
Cinco horas mantuvieron tomada la autopista, cinco horas donde tomaron el Aguafiel sabor naranja y jamaica, en afán de quitarse el ardor que provocó la salsa roja de longaniza, el arroz rojo y las carnitas que arribaron a las 12:40 de la tarde.
Algunos se recostaron en el asfalto cual turista en plena playa, jugaron baraja como empresario en un casino, le entraron a la “roña” al haber más de tres infantes.
“No nos movemos, si nos van a quitar mátennos, pero no nos quitamos”, dijeron dos que tres antes de que los elementos los encerraran y los quitaran de la carretera.
Esto no queda acá, advirtieron, “dicen que los de Zongolica son locos pero no conocen a los de Mariano Escobedo”, expresaron tras ser retirados de la autopista.
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