martes, 25 de agosto de 2009

La Vecindad de Rafael Delgado


La Vecindad de Rafael Delgado

Francisco Javier Chaín Revuelta

Rafael Delgado Sainz (Córdoba, 1853 – Orizaba, 1914) es de los mejores escritores de México y Joya de la literatura moderna, sus locales paisajes y las sociedades provincianas en expansión de Villaverde y Pluviosilla durante la segunda mitad del siglo XIX se fundieron con su literaria vocación para brindar esos amplios horizontes de la creación e ingenio humano universal que traspasan los tiempos.

Para 1875, Don Rafael, imparte cátedras de Historia, Geografía y Literatura en el Colegio Nacional de Orizaba, el mismo Colegio donde se graduó de profesor. Instruido y educado en la Pluviosilla (así la bautizó) fue políglota y lector de todas las grandes obras, de todos los grandes libros nacionales y extranjeros. No en balde “La Calandria” su primera novela, que apareció en la Revista Nacional de Letras y Ciencias, resultó asimismo, la primera novela moderna de México.

El realismo que caracteriza sus novelas tiene matices muy mexicanos, de ciertos rasgos provenientes del realismo hispano. Cada personaje, tanto los principales como los de cuadro, representan una vida individual, diversidad sicológica y un dibujo de la cotidianeidad pero, nunca cae en lo pintoresco. Realismo, romanticismo y construcción de sus personajes centrales, sicología individual y pintura exacta de una temperatura social, hacen de Rafael Delgado un novelista completo, un escritor que poseía todos los secretos de su oficio.

“La Calandria” es el drama universal de las desigualdades íntimas, de las contradicciones morosas, fábula erótica de las contradicciones sociales. “La Calandria” de Rafael Delgado trata, sobre una muchacha de nombre Carmen, de unos diecinueve años; hija natural de Guadalupe, mujer humilde, y de un hombre de sociedad, queda desamparada al morir su madre. La recoge Doña Pancha una lavandera cuyo único hijo (Gabriel) es ebanista carpintero. En la casa de vecindad vive También Magdalena, la querida de un tinterillo y redactor de un periódico liberal, que quiso y protegió mucho a la difunta, Carmen es alegre, hermosa, diligente, y como tiene buena voz y le gusta cantar, la llaman “La Calandria”.

Gabriel es joven, trabajador, buen mozo, vanidosillo pero noble, y gusta de vestir bien su traje de charro o su sombrero galoneado. No tardan en quererse Carmen y Gabriel, y el idilio hubiera terminado en matrimonio a no ser por los malos consejos de Magdalena y el interés que lograría de Carmen despertar en un joven rico (Alberto Rosas).

Lo curioso de esta majestuosa obra son las relaciones tan bien estructuradas de todos sus personajes principales y secundarios, es decir, en verdad existían todos esos personajes. Delgado no solo disfrazaba lugares, por lo que estudiosos de la localidad Orizabeña han logrado localizar a los personajes de carne y hueso de “La Calandria”: Carmen fue en verdad hija natural de un imperialista Orizabeño muy conocido; Gabriel retrata a Don Francisco Andrade, a quien sus conocidos apodaban Don Pancho “El Bonito” y por último Alberto Rosas (El Rico) fue en realidad un personaje de buena posición económica, Don Juan Maria Bringas.

Para Rafael Delgado la novela le parecía “hermana de la historia e hija de la poesía”, por eso pensaba que el novelista es, en cierto modo, como el poeta. Escribía con sabiduría “Difícil y muy penoso es el trabajo del novelista, si quiere ser digno de este nombre; labor paciente y delicada la suya a las veces tan ardua parece rayana en heroísmo”. Delgado siempre fue humilde, nunca presumió en el gremio de los grandes escritores sus triunfos, y esa sencillez la conservó hasta la última hora, minuto y segundo de su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario