RAUL MARTINEZ SOTA
(Personaje de mi historia)
GRACIELA Z DE CAMACHO.
Hace algun tiempo comencé a escribir acerca de los personajes de mi historia personal, diciendo que nuestra historia se va tejiendo entre las personas que de alguna manera van dejando huella en nuestras vidas, y es indudable que los primeros son nuestros padres, seguidos por nuestros maestros, continuando con nuestro esposo, e indudablemente con tantos y tantos conocidos y amigos que através de sus vidas nos han llenado de afectos o nos ha dejado enseñanzas importantes y recuerdos imborrables.
Raul Martínez estuvo presente de muy diversas maneras, lo recordamos en la ESBAO, como compañero de mi hermano Salvador y de toda esa generación, se casó con una muy querida amiga Yola Calatayud, ambos jugaban golf y venían del D.F. y amenudo los veíamos en los torneos cordobeses , y ultimamente hace exactamente 8 años se volvió el eje de las comidas que iniciamos en casa de los Berlín-Arévalo en aquel año del 2001.
Tenía solo 2 meses que había muerto mi marido, la viudez para mí, ha sido el dolor mas fuerte que he tenido y el trauma que selló mi vida para dejarla en la desilusión y con pocos deseos de continuar en ella; pero Gracias a Dios, conté con la ayuda de mis amigos. No supe ni como, pero en ese mes de noviembre del 2001, me vi encargada de juntar gentes para llevarlas en un camión todos juntos, al Club Veracruzano de la ciudad de México, donde nos recibieron con la misma alegría que nosotros lo hacemos cada mayo. Raúl desde entonces se convirtió en el incondicional amigo, que lograba reunirnos, animarnos y conseguía que cada vez tuviéramos mas cordobeses, orgullosos de serlo y encantados de reunirse con los que viven fuera de su amada ciudad de Córdoba.
En esa ocasión, cantamos la rama con versos improvisados que compusimos entre todos en el camión, Raúl nos contó chistes todo el camino y se volvió como nuestro guia, narrándonos anécdotas en cada lugar que pasábamos y diciéndonos cuales eran los mejores restaurantes, pues tenía siempre un gusto especial por la buena comida y descubría tanto los restaurantes de comida gourmet como los sabrosos antojos mexicanos, y los lugares mas pintorescos a donde nos prometía haríamos alguna otra excursión.
Afortunadamente todavía este año, nos fuimos algunas de las que formamos este comité de recepción a Coscomatepec, para comer en el restaurante del hotel de moda y subimos hasta otro hotel en la montaña desde donde contemplamos una hermosa vista, con nubes ya muy bajas que empezaban a nublar ese dorado sol que expiraba lentamente entre los cerros.
Ya empezaba a estar desganado y comió muy poco, pero al regreso todavía nos llevo a un bar que existe frente a su casa para tomar la copa de despedida -¿Nunca nos imaginamos que tan pronto lo despediríamos para siempre?- El 23 de mayo fue nuestra novena reunión cordobesa, que estuvo muy alegre y concurrida, pero una nube gris opacó nuestra alegría, porque Yola se sintió muy mal y no pudo estar con nosotros, no obstante Raúl vino a checar que todo marchara bien, saludo a algunos y se fue muy pronto.
Yola fue hospitalizada ese domingo siguiente por angina de pecho y ahi comezó nuestro calvario, porque Raúl comenzó a sentirse muy mal, con ciertos dolores y malestares que nos hacían sospechar que algo andaba causando problemas muy severos, porque Raúl, como suelen hacer la gran mayoría de los hombres para no asustar a la familia, se calló los primeros malestares, esperando tal vez la recuperación total de su esposa.
Este 30 de julio, nuestro incondicional y gran amigo dejó de existir a causa de un muy agresivo cancer de hígado que lo fulminó en solo dos meses.
Confirmamos una vez mas la brevedad de nuestras vidas, Raul acababa de cumplir 75 años en el mes de abril y nos parece que su vida fue muy breve, pero al mismo tiempo muy intensa y llena de satisfacciones.Viajaron mucho, tuvo el incondicional amor de Yola y de toda su familia y el cariño y afecto de tantos y tantos amigos que jamás le olvidaremos. Que descanse en paz nuestro querido amigo, popular, dicharachero, contador de cuentos y proporcionador de alegría de cuantos le conocimos y tratamos.
Le vamos a extrañar mucho, pero solo deja buenos recuerdos, lo recordaremos como fué, hombre de buen humor, sonriente y amigable.
(Personaje de mi historia)
GRACIELA Z DE CAMACHO.
Hace algun tiempo comencé a escribir acerca de los personajes de mi historia personal, diciendo que nuestra historia se va tejiendo entre las personas que de alguna manera van dejando huella en nuestras vidas, y es indudable que los primeros son nuestros padres, seguidos por nuestros maestros, continuando con nuestro esposo, e indudablemente con tantos y tantos conocidos y amigos que através de sus vidas nos han llenado de afectos o nos ha dejado enseñanzas importantes y recuerdos imborrables.
Raul Martínez estuvo presente de muy diversas maneras, lo recordamos en la ESBAO, como compañero de mi hermano Salvador y de toda esa generación, se casó con una muy querida amiga Yola Calatayud, ambos jugaban golf y venían del D.F. y amenudo los veíamos en los torneos cordobeses , y ultimamente hace exactamente 8 años se volvió el eje de las comidas que iniciamos en casa de los Berlín-Arévalo en aquel año del 2001.
Tenía solo 2 meses que había muerto mi marido, la viudez para mí, ha sido el dolor mas fuerte que he tenido y el trauma que selló mi vida para dejarla en la desilusión y con pocos deseos de continuar en ella; pero Gracias a Dios, conté con la ayuda de mis amigos. No supe ni como, pero en ese mes de noviembre del 2001, me vi encargada de juntar gentes para llevarlas en un camión todos juntos, al Club Veracruzano de la ciudad de México, donde nos recibieron con la misma alegría que nosotros lo hacemos cada mayo. Raúl desde entonces se convirtió en el incondicional amigo, que lograba reunirnos, animarnos y conseguía que cada vez tuviéramos mas cordobeses, orgullosos de serlo y encantados de reunirse con los que viven fuera de su amada ciudad de Córdoba.
En esa ocasión, cantamos la rama con versos improvisados que compusimos entre todos en el camión, Raúl nos contó chistes todo el camino y se volvió como nuestro guia, narrándonos anécdotas en cada lugar que pasábamos y diciéndonos cuales eran los mejores restaurantes, pues tenía siempre un gusto especial por la buena comida y descubría tanto los restaurantes de comida gourmet como los sabrosos antojos mexicanos, y los lugares mas pintorescos a donde nos prometía haríamos alguna otra excursión.
Afortunadamente todavía este año, nos fuimos algunas de las que formamos este comité de recepción a Coscomatepec, para comer en el restaurante del hotel de moda y subimos hasta otro hotel en la montaña desde donde contemplamos una hermosa vista, con nubes ya muy bajas que empezaban a nublar ese dorado sol que expiraba lentamente entre los cerros.
Ya empezaba a estar desganado y comió muy poco, pero al regreso todavía nos llevo a un bar que existe frente a su casa para tomar la copa de despedida -¿Nunca nos imaginamos que tan pronto lo despediríamos para siempre?- El 23 de mayo fue nuestra novena reunión cordobesa, que estuvo muy alegre y concurrida, pero una nube gris opacó nuestra alegría, porque Yola se sintió muy mal y no pudo estar con nosotros, no obstante Raúl vino a checar que todo marchara bien, saludo a algunos y se fue muy pronto.
Yola fue hospitalizada ese domingo siguiente por angina de pecho y ahi comezó nuestro calvario, porque Raúl comenzó a sentirse muy mal, con ciertos dolores y malestares que nos hacían sospechar que algo andaba causando problemas muy severos, porque Raúl, como suelen hacer la gran mayoría de los hombres para no asustar a la familia, se calló los primeros malestares, esperando tal vez la recuperación total de su esposa.
Este 30 de julio, nuestro incondicional y gran amigo dejó de existir a causa de un muy agresivo cancer de hígado que lo fulminó en solo dos meses.
Confirmamos una vez mas la brevedad de nuestras vidas, Raul acababa de cumplir 75 años en el mes de abril y nos parece que su vida fue muy breve, pero al mismo tiempo muy intensa y llena de satisfacciones.Viajaron mucho, tuvo el incondicional amor de Yola y de toda su familia y el cariño y afecto de tantos y tantos amigos que jamás le olvidaremos. Que descanse en paz nuestro querido amigo, popular, dicharachero, contador de cuentos y proporcionador de alegría de cuantos le conocimos y tratamos.
Le vamos a extrañar mucho, pero solo deja buenos recuerdos, lo recordaremos como fué, hombre de buen humor, sonriente y amigable.
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